Versículo de la biblia para Sanidad y Fuerza

Versículo de la biblia para Sanidad y Fuerza

Versículo de la biblia para Sanidad y Fuerza

«En momentos de enfermedad o debilidad, encontrar consuelo en la Palabra de Dios puede ser una fuente de esperanza y fortaleza. Estos versículos nos recuerdan que Dios es nuestro sanador y nuestro refugio en tiempos difíciles. Que estas palabras llenas de poder y promesa te brinden consuelo y renovación mientras confías en la sanidad divina.»

En nuestra iglesia Jesus Rey de Reyes hacemos la obra que iso Jesucristo y la que el encomendó a sus discípulos y también la encomendó en la gran comisión,  Nosotros en el nombre de Jesucristo sanamos y liberamos  a muchos. No olvides leer los testimonios de sanidad y liberación maravillosos que Dios hace a traves de nosotros y si necesitas sanidad o liberación sera un gozo el poder servirte, contactanos.  También hacemos actividades de sanidad y liberación varias veces al mes mantente informado leyendo nuestras actividades.

San Mateo‬ 8‬:16 “Al caer la noche, le llevaron muchos endemoniados, y él, con su sola palabra, expulsó a los demonios y sanó a todos los enfermos.”

Santiago 5:14-16 ¿Está alguno enfermo entre vosotros? Llame a los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si hubiere cometido pecados, le serán perdonados. Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.

Mateo 11:28 Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.

Marcos 16:18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.

1 Pedro 2:24 quien llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia; y por cuya herida fuisteis sanados.

Santiago‬ 5‬:16 Confiesen sus pecados unos a otros, y oren unos por otros, para que sean sanados. La oración del justo es muy poderosa y efectiva.”

Marcos‬ 5‬:34 Jesús le dijo: «Hija, por tu fe has sido sanada. Ve en paz, y queda sana de tu enfermedad.»”

San Juan‬ 5‬:8 Jesús le dijo: «Levántate, toma tu lecho, y vete.»”

1 Pedro‬ 2‬:24 Él mismo llevó en su cuerpo nuestros pecados al madero, para que nosotros, muertos ya al pecado, vivamos para la justicia. Por sus heridas fueron ustedes sanados.”

Hechos‬ 4‬:30 Extiende también tu mano, y permite que se hagan sanidades y señales y prodigios en el nombre de tu santo Hijo Jesús.»”

Lucas‬ 9‬:2 “los envió a predicar el reino de Dios y a sanar a los enfermos.”

Mateo‬ 8‬:17 “Esto, para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él mismo tomó nuestras enfermedades, y llevó nuestras dolencias.»”

Mateo‬ 8‬:3 “Jesús extendió la mano, lo tocó y le dijo: «Quiero. Ya has quedado limpio.» Y al instante su lepra desapareció.”

Mateo‬ 8‬:8 “El centurión le respondió: «Señor, yo no soy digno de que entres a mi casa. Pero una sola palabra tuya bastará para que mi criado sane.”‬

Lucas‬ 4‬:40‬ “Al ponerse el sol, todos los que tenían enfermos de diversas enfermedades se los llevaban, y él ponía sus manos sobre cada uno de ellos y los sanaba.”

Mateo‬ 8‬:13 “Luego dijo Jesús al centurión: «Ve, y que se haga contigo tal y como has creído.» Y en ese mismo momento el criado del centurión quedó sano.”

Marcos‬ 11‬:24 “Por tanto, les digo: Todo lo que pidan en oración, crean que lo recibirán, y se les concederá.”

Mateo‬ 10‬:8 “Sanen enfermos, limpien leprosos, resuciten muertos y expulsen demonios. Den gratuitamente lo que gratuitamente recibieron.”

Marcos 10:51-52 Que le preguntó: —¿Qué quieres que haga por ti? El ciego le contestó: —Maestro, quiero recobrar la vista. Jesús le dijo: —Puedes irte; por tu fe has sido sanado. En aquel mismo instante el ciego recobró la vista, y siguió a Jesús por el camino.

Lucas 10:9 Curen a sus enfermos y digan a la gente: «El Reino de Dios está cerca de ustedes».

Lucas 4:41 De muchos salían demonios, gritando: «Tú eres el Hijo de Dios!». Pero él los increpaba y no los dejaba hablar, porque ellos sabían que era el Mesías.

Lucas 6:19 Y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.

Isaías 33:2 Señor, ten piedad de nosotros, nosotros esperamos en ti. Sé nuestro brazo cada mañana y nuestra salvación en el tiempo de la angustia.

Salmo 41:4 El Señor lo sostendrá en su lecho de dolor y le devolverá la salud.

Mateo 10:8 Curen a los enfermos, resuciten a los muertos, purifiquen a los leprosos, expulsen a los demonios. Ustedes han recibido gratuitamente, den también gratuitamente.

1 Corintios 10:13 Hasta ahora, ustedes no tuvieron tentaciones que superen sus fuerzas humanas. Dios es fiel, y él no permitirá que sean tentados más allá de sus fuerzas. Al contrario, en el momento de la tentación, les dará el medio de librarse de ella, y los ayudará a soportarla.

Mateo 8:1-3 Cuando Jesús bajó de la montaña, lo siguió una gran multitud. Entonces un leproso fue a postrarse ante él y le dijo: «Señor, si quieres, puedes purificarme». Jesús extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Lo quiero, queda purificado». Y al instante quedó purificado de su lepra.

Marcos 6:56 En todas partes donde entraba, pueblos, ciudades y poblados, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que los dejara tocar tan sólo los flecos de su manto, y los que lo tocaban quedaban curados.

Marcos 1:29-34 Cuando salió de la sinagoga, fue con Santiago y Juan a casa de Simón y Andrés. La suegra de Simón estaba en cama con fiebre, y se lo dijeron de inmediato. El se acercó, la tomó de la mano y la hizo levantar. Entonces ella no tuvo más fiebre y se puso a servirlos. Al atardecer, después de ponerse el sol, le llevaron a todos los enfermos y endemoniados, y la ciudad entera se reunió delante de la puerta. Jesús curó a muchos enfermos, que sufrían de diversos males, y expulsó a muchos demonios; pero a estos no los dejaba hablar, porque sabían quién era él.

Mateo 9:20-22 Entonces de le acercó por detrás una mujer que padecía de hemorragias desde hacía doce años, y le tocó los flecos de su manto, pensando: «Con sólo tocar su manto, quedaré curada». Jesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: «Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado». Y desde ese instante la mujer quedó curada.

Lucas 4:18 El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha consagrado por la unción. El me envió a llevar la Buena Noticia a los pobres, a anunciar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, a dar la libertad a los oprimidos.

Mateo 9: 6-7 Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– levántate, toma tu camilla y vete a tu casa». El se levantó y se fue a su casa.

Jeremías 33:6 Yo voy a cicatrizar su llaga y la voy a sanar; los sanaré y les descubriré tesoros de paz y seguridad.

Hechos 10:37-38 Ustedes ya saben qué ha ocurrido en toda Judea, comenzando por Galilea, después del bautismo que predicaba Juan: cómo Dios ungió a Jesús de Nazaret con el Espíritu Santo, llenándolo de poder. El pasó haciendo el bien y curando a todos los que habían caído en poder del demonio, porque Dios estaba con él.

Salmo 91:15-16 Me invocará, y yo le responderé. Estará con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré; 16 le haré gozar de una larga vida y le haré ver mi salvación».

Isaías 41:10 No temas, porque yo estoy contigo, no te inquietes, porque yo soy tu Dios; yo te fortalezco y te ayudo, yo te sostengo con mi mano victoriosa.

Mateo 9:12 Jesús, que había oído, respondió: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos.

Juan 9:5-11 Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo» Después que dijo esto, escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa “Enviado”. El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?». Unos opinaban: «Es el mismo». «No, respondían otros, es uno que se le parece». El decía: «Soy realmente yo». Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?». El respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: «Ve a lavarte a Siloé». Yo fui, me lavé y vi».

Lucas 13:11-13 Había allí una mujer poseída de un espíritu, que la tenía enferma desde hacía dieciocho años. Estaba completamente encorvada y no podía enderezarse de ninguna manera. Jesús, al verla, la llamó y le dijo: «Mujer, estás curada de tu enfermedad», y le impuso las manos. Ella se enderezó en seguida y glorificaba a Dios.

Hechos 4:30-31 Extiende tu mano para que se realicen curaciones, signos y prodigios en el nombre de tu santo servidor Jesús:. Cuando terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos; todos quedaron llenos del Espíritu Santo y anunciaban decididamente la Palabra de Dios.

Lucas 8:49-56 Todavía estaba hablando, cuando llegó alguien de la casa del jefe de sinagoga y le dijo: «Tu hija ha muerto, no molestes más al Maestro». Pero Jesús, que había oído, respondió: «No temas, basta que creas y se salvará». Cuando llegó a la casa no permitió que nadie entrara con él, sino Pedro, Juan y Santiago, junto con el padre y la madre de la niña. Todos lloraban y se lamentaban. «No lloren, dijo Jesús, no está muerta, sino que duerme». Y se burlaban de él, porque sabían que la niña estaba muerta. Pero Jesús la tomó de la mano y la llamó, diciendo: «Niña, levántate». Ella recuperó el aliento y se levantó en el acto. Después Jesús ordenó que le dieran de comer. Sus padres se quedaron asombrados, pero él les prohibió contar lo que había sucedido.

Hechos 9:33-34 Allí encontró a un paralítico llamado Eneas, que estaba postrado en cama desde hacía ocho años. Pedro le dijo: «Eneas, Jesucristo te devuelve la salud: levántate, y arregla tú mismo la cama». El se levantó en seguida.

Mateo 9:35 Jesús recorría todas las ciudades y los pueblos, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del Reino y curando todas las enfermedades y dolencias.

Mateo 4:23-24 Jesús recorría toda la Galilea, enseñando en las sinagogas, proclamando la Buena Noticia del reino y curando todas las enfermedades y dolencias de la gente. Su fama se extendió por toda la Siria, y le llevaban a todos los enfermos, afligidos por diversas enfermedades y sufrimientos: endemoniados, epilépticos y paralíticos, y él los curaba.

Lucas 5:17-24 Un día, mientras Jesús enseñaba, había entre los presente algunos fariseos y doctores de la Ley, llegados de todas las regiones de Galilea, de Judea y de Jerusalén. La fuerza del Señor le daba poder para curar. Llegaron entonces unas personas transportando a una paralítico sobre una camilla y buscaban el modo de entrar, para llevarlo ante Jesús. Como no sabían por dónde introducirlo a causa de la multitud, subieron a la terraza y, desde el techo, lo bajaron con su camilla en medio de la concurrencia y lo pusieron delante de Jesús. Al ver su fe, Jesús le dijo: «Hombre, tus pecados te son perdonados». Los escribas y los fariseos comenzaron a preguntarse: «¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?». Pero Jesús, conociendo sus pensamientos, les dijo: «¿Qué es lo que están pensando?. ¿Qué es más fácil decir: “Tus pecados están perdonados”, o “Levántate y camina”?. Para que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y vuelve a tu casa».

Mateo 8:14-15 Cuando Jesús llegó a la casa de Pedro, encontró a la suegra de este en cama con fiebre. Le tocó la mano y se le pasó la fiebre. Ella se levantó y se puso a servirlo.

Salmo 107:19-21 Pero en la angustia invocaron al Señor, y él los libró de sus tribulaciones: envió su palabra y los sanó, salvó sus vidas del sepulcro. Den gracias al Señor por su misericordia y por sus maravillas en favor de los hombres.

Isaías 57:18-19 Yo he visto sus caminos, pero lo sanaré, lo guiaré y lo colmaré de consuelos; y de los labios de los que están de duelo, haré brotar la acción de gracias. ¡Paz al que está lejos, paz al que está cerca! Yo lo sanaré, dice el Señor.

Isaías 40:29 El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.

Malaquías 4:2 Sin embargo, para ustedes que temen mi nombre, se levantará el Sol de Justicia con sanidad en sus alas. Saldrán libres, saltando de alegría como becerros sueltos en medio de los pastos.

Salmos 30:2 Señor, mi Dios, te pedí ayuda, y me sanaste.

Jeremías 33:6 Pero los curaré, les daré la salud y haré que con honra disfruten de paz y seguridad.

Proverbios 4:20-22 Atiende a mis palabras, hijo mío; préstales atención. Jamás las pierdas de vista, ¡grábatelas en la mente! Ellas dan vida y salud a todo el que las halla.

Oseas 6:1 Vengan todos y volvámonos al Señor. Él nos destrozó, pero también nos sanará; nos hirió, pero también nos curará.

Mateo 8:7 Jesús le respondió: —Iré a sanarlo.

Isaías 57:18 He visto su conducta, pero lo sanaré y le daré descanso y tranquilidad completa. Yo consolaré a los tristes.

Salmos 41:3-4 El Señor le dará fuerzas en el lecho del dolor; ¡convertirá su enfermedad en salud! Yo he dicho: «Señor, tenme compasión; cúrame, aunque he pecado contra ti.»

 2 Reyes 20:5 Vuelve y dile a Ezequías, jefe de mi pueblo: “El Señor, Dios de tu antepasado David, dice: Yo he escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a sanarte, y dentro de tres días podrás ir al templo del Señor.

Salmos 103:1-3 Bendeciré al Señor con toda mi alma; bendeciré con todo mi ser su santo nombre. Bendeciré al Señor con toda mi alma; no olvidaré ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas mis maldades, quien sana todas mis enfermedades.

Salmos‬ 6‬:2 “Señor, ten misericordia de mí, que estoy enfermo; sáname, pues todos mis huesos se estremecen.”

Jeremías‬ 30‬:17 “Aunque te han llamado ‘la despreciada’, y aunque dicen: ‘Esta es Sión, de la que nadie se acuerda’, yo te devolveré la salud y sanaré tus heridas.” —Palabra del Señor.”

Proverbios‬ 3‬:8‬ “Él será la medicina de tu cuerpo; ¡infundirá alivio a tus huesos!”

Jeremías‬ 17‬:14 “¡Sáname, Señor, y recobraré la salud! ¡Sálvame, y quedaré a salvo! ¡Tú eres la razón de mi alabanza!”

Salmos‬ 30‬:2 “Mi Señor y Dios, te pedí ayuda, y tú me sanaste;”

Job‬ 5‬:18 “Dios abre heridas, pero también las sana; hiere tu cuerpo, pero te devuelve la salud.”

Salmos 107:19-21 Pero clamaron a Jehová en su angustia, Y los libró de sus aflicciones. Envió su palabra, y los sanó, Y los libró de su ruina. Alaben la misericordia de Jehová, Y sus maravillas para con los hijos de los hombres;

Proverbios 4:20-22 Hijo mío, está atento a mis palabras; Inclina tu oído a mis razones. No se aparten de tus ojos; Guárdalas en medio de tu corazón; Porque son vida a los que las hallan, Y medicina a todo su cuerpo.

Éxodo 15:26 y dijo: Si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, e hicieres lo recto delante de sus ojos, y dieres oído a sus mandamientos, y guardares todos sus estatutos, ninguna enfermedad de las que envié a los egipcios te enviaré a ti; porque yo soy Jehová tu sanador.

Éxodo 15:26 Les dijo: «Yo soy el Señor su Dios. Si escuchan mi voz y hacen lo que yo considero justo, y si cumplen mis leyes y mandamientos, no traeré sobre ustedes ninguna de las enfermedades que traje sobre los egipcios. Yo soy el Señor, que les devuelve la salud».

Éxodo 23:25 Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua. «Yo apartaré de ustedes toda enfermedad»

Salmo 103:1-3 Alaba, alma mía, al Señor; alabe todo mi ser su santo nombre. Alaba, alma mía, al Señor, y no olvides ninguno de sus beneficios. Él perdona todos tus pecados y sana todas tus dolencias.

Salmo 107:19-20 En su angustia clamaron al Señor, y él los salvó de su aflicción. Envió su palabra para sanarlos, y así los rescató del sepulcro.

Proverbios 4:20-22 Hijo mío, atiende a mis consejos; escucha atentamente lo que digo. No pierdas de vista mis palabras; guárdalas muy dentro de tu corazón. Ellas dan vida a quienes las hallan; son la salud del cuerpo.

Salmos 147:3 Él sana a los quebrantados de corazón, Y venda sus heridas.

Mateo 10:7-8 Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca”. Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.

Isaías 53:4-5 Ciertamente él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores, pero nosotros lo consideramos herido, golpeado por Dios, y humillado.Él fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre él recayó el castigo, precio de nuestra paz, y gracias a sus heridas fuimos sanados.

Marcos 10:51-52 ¿Qué quieres que haga por ti? —le preguntó.
Rabí, quiero ver —respondió el ciego.Puedes irte —le dijo Jesús—; tu fe te ha sanado.Al momento recobró la vista y empezó a seguir a Jesús por el camino.

Salmo 146:8 El Señor da vista a los ciegos,el Señor sostiene a los agobiados,el Señor ama a los justos.

Santiago 5:14-15 ¿Está enfermo alguno de ustedes? Haga llamar a los ancianos de la iglesia para que oren por él y lo unjan con aceite en el nombre del Señor. La oración de fe sanará al enfermo y el Señor lo levantará. Y, si ha pecado, su pecado se le perdonará.

Jeremías 17:14 Sáname, Señor, y seré sanado;sálvame y seré salvado,porque tú eres mi alabanza.

Oseas 14:4 Yo sanaré su rebelión, los amaré de pura gracia; porque mi ira se apartó de ellos.

Salmos 41:3 Jehová lo sustentará sobre el lecho del dolor; Mullirás toda su cama en su enfermedad.

Juan 14:27 La paz les dejo; mi paz les doy. Yo no se la doy a ustedes como la da el mundo. No se angustien ni se acobarden.

1 Pedro 2:24 Él mismo, en su cuerpo, llevó al madero nuestros pecados, para que muramos al pecado y vivamos para la justicia. Por sus heridas ustedes han sido sanados.

Apocalipsis 21:4 Él les enjugará toda lágrima de los ojos. Ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento ni dolor, porque las primeras cosas han dejado de existir.

3 Juan 1:2 Querido hermano, oro para que te vaya bien en todos tus asuntos y goces de buena salud, así como prosperas espiritualmente.

Salmo 147:3 Restaura a los de corazón quebrantado y cubre con vendas sus heridas.

Proverbios 17:22 Gran remedio es el corazón alegre,pero el ánimo decaído seca los huesos.

Mateo 10:8 Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente.

Proverbios 16:24 Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo.

Proverbios 3:7-8 No seas sabio en tu propia opinión;más bien, teme al Señor y huye del mal.Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tu ser.

Mateo 9:12 Al oír esto, Jesús les contestó: —No son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos.

1 Timoteo 4:8 Pues aunque el ejercicio físico trae algún provecho, la piedad es útil para todo, ya que incluye una promesa no solo para la vida presente, sino también para la venidera.

Eclesiastés 11:10 Aleja de tu corazón el enojo, y echa fuera de tu ser la maldad, porque confiar en la juventud y en la flor de la vida es un absurdo.

Proverbios 13:12 La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida.

2 Crónicas 19:7 Por eso, teman al Señor y tengan cuidado con lo que hacen, porque el Señor nuestro Dios no admite la injusticia ni la parcialidad ni el soborno.

Salmos 103:1-3 Bendice, alma mía, a Jehová, Y bendiga todo mi ser su santo nombre. Bendice, alma mía, a Jehová, Y no olvides ninguno de sus beneficios. Él es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;

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Pastor Francisco Gomez

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