Mandamientos que Jesucristo Dio a sus Discípulos de Pelear la Guerra Espiritual #10
Bendiciones, les saluda el pastor Francisco Gómez. Continuamos nuestra serie de enseñanza llamado a ser un discípulo. Hoy estamos en enseñanza número 10.
El título de hoy es mandamientos que nuestro señor Jesucristo dio a sus discípulos de pelear la guerra espiritual y que es un mandamiento, es una ordenanza, es algo que si somos verdaderos discípulos del señor debemos de hacer. Muchas iglesias que no son discípulos aún, pero tengo la fe de que, con la misericordia de Dios, muchas al escuchar enseñanza como esta se volverán discípulos del señor. Por muchas de esas iglesias mientras no son discípulos del señor y ellos no pelean la batalla espiritual.
Ellos consideran que no es necesario que, con sólo predicar, con sólo hablar de la palabra de Dios es suficiente, pero la realidad es que no es así. No es así primero porque el señor mandó a sus discípulos a que peleemos la batalla y lo miraremos en las escrituras que estaremos compartiendo en esta enseñanza, pero por otro lado sólo una persona que esté completamente desentendida espiritualmente por no decir la palabra más común ciega espiritualmente, no puede entender de qué es una necesidad, pues de qué manera podemos no pelear la batalla espiritual cuando nuestro adversario el diablo anda con balón rugiente de día y de noche buscando dañarnos a nosotros, buscando dañar a nuestros hijos, buscando dañar las ovejas que vienen a la iglesia, buscando dañar a todos en realidad. Aún a los que son malos el diablo quiere dañar, más a los que buscan del señor Jesucristo.
Entonces, si en verdad que ustedes son mis testigos, el diablo le quiere dañar de muchas maneras, desde las finanzas, la salud, el matrimonio, todo se lo quiere dañar, todo se lo quiere limitar, todo lo quiere manipular, todo lo quiere impedir, todo lo que es bueno, si es algo malo pues no, mejor le rempuja a él para que la gente lo haga. Pero si ciertamente el diablo no quiere hacer daño, cómo podemos no pelear, cómo podemos nada más quedarnos con los brazos cruzados, como están haciendo las iglesias ahorita y mirando las ovejas siendo devoradas por el diablo. Me da mucha tristeza que regularmente personas llegan a nuestra iglesia a pedir ayuda de sanidad o de liberación, y vienen de iglesias de diferentes partes del mundo, porque nuestra iglesia también es virtual, y vienen a pedir ayuda, y pastor es que yo fui donde mi pastor y le dije que estoy atormentado, que estoy atormentada, por eso no me dice que hermanita tiene que tener fe y aguanta, que todo va a estar bien.
Es el diablo hablando. Esas palabras son de personas que desafortunadamente están totalmente ignorantes de lo que está pasando, porque cómo es posible una persona con entendimiento, si supuestamente pastor, el pastor tiene que cuidar las ovejas, como una persona con entendimiento va a mirar que el diablo quiere destruir las ovejas y se queda con los brazos cruzados y no hace nada. Le dicen nada más prácticamente quédate así, deja que el diablo te siga torturando y que todo va a estar bien.
Cuando el diablo ya se canse de torturar, te vas a estar bien, si te mata prácticamente, ahí vas a descansar. No, el señor Jesucristo mandó a sus discípulos, el señor Jesucristo mandó a sus discípulos a sanar y a liberar las ovejas, entonces tan pronto vamos a sanarle y a liberarle, en ese momento los pastores estamos iniciando en un conflicto con el diablo. Sólo los pastores que no están haciendo lo que el señor mandó, de sanarle y liberar las ovejas, no están peleando.
Pero en el momento que vamos a quitarle las ovejas que él está atormentando, que los depredadores en el espíritu están devorando, en ese momento se inicia un conflicto espiritual entre nosotros y el diablo. Hasta que no hacemos eso, el diablo simplemente tiene a la persona esclava y atormentada y manipulada y controlada y dominada. Pero cuando lo resistimos y ya decimos, no más diablo, no te permito que toque mis ovejas, no te permito que tampoco te metas con mi vida, no me someto a lo que tú quieres, en ese momento hay un conflicto espiritual, porque el diablo es un esclavizador, él es como un dictador.
Piensen en un Saddam Hussein, en un Hitler, en un Maduro, no sé, en cualquiera de los dictadores del mundo, y ese es el diablo, pero un poquito peor que ellos. Él quiere que todo el mundo haga lo que él quiera, como él quiera, cuando él lo quiere. Y el que no quiera hacerlo, pues ya se encuentra en conflicto con él.
En pocas palabras, todo el que no está peleando la batalla espiritual, es porque es el calado del diablo. Todo el que no está peleando, todas las iglesias que no están peleando, todos los pastores que no están peleando, dígale que dije yo, que son esclavos del diablo. Y lo digo y lo puedo probar, porque si oro por ellos Satanás, aunque lo engaña y le hace creer que no tiene demonio, el primero que lo tiene encadenado es Satanás.
Todo el que no está peleando es esclavo. La palabra dice en 1era de Timoteo 6:12, pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual así mismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos. Pelea la buena batalla de la fe.
¿Quién pelea? Pues los que están en guerra, porque estamos en guerra, estamos en guerra. Aquí hablaba Pablo, pero no es Pablo, es Dios a través de Pablo, le decía Timoteo. Porque estamos peleando.
El tener fe en el Señor, el decir Señor yo te recibo, es declararle la guerra al diablo también. El diablo si no está en el mundo fornicando, adulterando, bebiendo, en las cosas del mundo, en idolatría, lo tiene de esclavo, lo enferma, lo atormenta, pero despacito, como despacito. Pero cuando decimos Señor, yo te quiero recibir Señor Jesús, yo me quiero apartar del pecado, ya yo no quiero más borrachera, no quiero más fornicación, ya quiero Señor apartarme del pecado.
En ese momento el diablo mentiroso también viene con balón rugiente. Esa es la primera declaración de guerra que toda persona puede hacer al diablo, el decidir seguir a Jesucristo y apartarse del pecado. Y cuando hacen eso, muchos vienen, muchos también que vienen a pedir ayuda.
Pastor no sé qué pasa, desde que me arrepentí pastor, estoy enfermo, ya la finanza me va mal, me pasa esto, me pasa aquello. Sí, porque cuando uno está haciendo lo del mundo, ellos están como ya por ahí, escondidos, están en el cuerpo, porque están escondidos. Pero cuando uno quiere escaparse, ahí viene el faraón con sus ejércitos a perseguir a los esclavos y a tratar de traerles la esclavitud, ahí vienen y lo oprimen, le ponen enfermedades que estaban ocultas, pero la activan, dolores, problemas en el matrimonio, problemas en la finanza, que corren del trabajo, muchas cosas pasan.
Porque el diablo es un esclavizador. Y mientras están haciendo lo del mundo, ok tranquilo, pero te quieres apartar del pecado, eso no es permitido. Entonces, esa es la primera declaración de guerra que todos podemos hacer al diablo, el querer no apartar del pecado.
2da de Timoteo 2:3. Tú pues sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Como buen soldado de Jesucristo. Sí, especialmente los que somos discípulos con un ministerio.
Si somos discípulos del señor, somos soldados, pero ya somos soldados, porque en realidad todo el que se arrepiente es un soldado, pero los que tenemos un ministerio, es como que ya tenemos, somos teniente o coroneles, es como que ya tenemos un rango, si tenemos un ministerio. Pero todo el que se arrepiente, todo el que quiera apartarse del pecado, tiene que ser un soldado del señor, tiene que pelear. Si no pelean, el diablo le va a atormentar, el diablo le va a dar, el diablo va a hacer que se muevan al mundo a fornicar y a beber, y no se van a mantener firme.
Sólo si estamos peleando, resistiendo al diablo en la fe, con entendimiento, con perseverancia, con constancia, así solamente podemos mantenernos firmes, porque el diablo anda al acecho, mirando nada más que uno se quite los ojos del señor por un momento, para venir a causar problemas. 1era de Pedro 5:8, sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, con león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Vuestro adversario, ¿quién es un adversario? Es un opositor.
Cuando dicen van a pelear fulano de tal y fulano de tal, no que estoy de acuerdo con ninguna de esos deportes, pero algo que todos conocemos, deporte de peleas allá afuera. Cuando mencionan fulano de tal, contra fulano de tal, el adversario es fulano de tal. ¿Quién es un adversario? Es una persona con la que va a pelear con uno.
En poca palabra, vuestro adversario el diablo, dice la palabra de Dios, es nuestro adversario el diablo, con él peleamos. Anda con balón rugiente, buscando a quien devorar. ¿Qué es lo que quiere el diablo hacer? Quiere devorarle.
¿Cómo no se va a pelear con alguien que te quiere devorar? ¿Cómo los pastores justifican el no pelear con alguien que quiere devorar sus ovejas y se consideran pastores? ¿Cómo dicen que no hay que pelear contra alguien que quiere devorar sus hijos y sus cónyuges? ¿Cómo no se pelea? Pues son los que no quieren salir de la esclavitud, o los que no le importa ser esclavos. Juan 10:10, el ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida y para que la tengan en abundancia, el ladrón.
Aquí miramos que nuestro adversario quiere devorar, pero el adversario, el diablo, vino también para robar, matar y destruir. ¿Cómo no pelear con quien quiere robarte lo que es tuyo? ¿Cómo no pelear con quien quiere matarte y destruirte a ti y a los tuyos? Eso es lo que el diablo quiere y en eso trabaja él siete días a la semana, 24 horas al día. En estos días el diablo no se toma vacaciones porque ya sabe que su tiempo es corto y que pronto va a ser atado por mil años.
Él anda ahorita es rápido buscando a quien devorar, buscando a quien destruir, buscando a quien matar. ¿Cómo no hay que pelear? Santiago 4 7, someteos pues a Dios y resistir al diablo y él huirá de vosotros. Someteos a Dios dice la palabra de Dios.
Hay que someterse a Dios y resistirle hasta que huya. La palabra no solamente no dice que hay que pelear, por aquí no está dando instrucciones. Esta enseñanza no se trata exactamente de pelear la batalla o de cómo pelearla, más que nada aquí el objetivo es que quede claro que si somos discípulos de Jesucristo tenemos que pelear.
Toda iglesia que dice que no hay que pelear las guerras espirituales porque no son discípulos del Señor y una vez más son esclavos. Los discípulos somos libres en el Señor, pero peleamos por esa libertad y resistimos al esclavizador que quiere someternos a esclavitud y le decimos no diablo, tú no eres bienvenido, tú no eres bienvenido, no aceptamos lo que tú quieres para nosotros, no aceptamos tus planes, no aceptamos tus propósitos, no aceptamos tu brujería, no aceptamos nada que venga de ti. Pero cuando hacemos eso, ¿por qué lo hacemos? Porque hay que hacer para que así sea, hay que pelear, hay que pelear y nuestras armas no son carnales, son poderosas en Cristo.
Lucas 10:19, he aquí o doy potestad de hoyar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del enemigo y nada os dañará. ¿Por qué el Señor no va a dar fuerza contra el enemigo? ¿Quién es el enemigo? Si no tenemos que pelear la batalla, pues ¿por qué dice el Señor que tenemos un enemigo? Pero también, ¿para qué dice que no da poder y autoridad sobre el enemigo si no tenemos con quién pelear? Yo me asombro al mirar tantas iglesias que dicen que no hay que pelear la batalla, que con dar palabritas bonitas lisonjeras, que con darle una palmadita de espalda al que tiene depresión, pánico, ansiedad, tormento, dolores, al que tiene cáncer, tumor, al que el diablo le ata la mente con locura, con insanidad. No, no hay que hacer nada, solo, hermanita, quédate con esa bipolaridad y la esquizofrenia, no pasa nada.
Tómate la pastillita esa que para que el diablo te ate más y no pasa nada. Prácticamente esto es lo que le dicen las iglesias a las personas. Si pelearan, si oraran como manda el Señor, entenderían que detrás de esa esquizofrenia, detrás de esa bipolaridad, detrás de esa depresión, detrás de esa ansiedad, detrás de ese pánico, hay demonios que están atormentando a esa persona.
Y dicen que no tienen demonios, pero dicen que no tienen demonios porque no oran. Dicen que no tienen demonios porque están confirmando que no son discípulos del Señor, no están sanando y liberando a las personas. Yo creo que en el primer día que se pongan a orar por la persona, se van a dar cuenta que están llenas de demonios.
Todos los que están enfermos no tienen demonios. Son demonios los que causan esas enfermedades. Lo único que hay que hacer para entenderlo y para comprobarlo por uno mismo es orar por los enfermos.
Mateo 18:18. En verdad os digo, todo lo que atéis en la tierra será atado en el cielo y todo lo que desatéis en la tierra será desatado en el cielo. Aquí está hablando ya un poquito el Señor dando no, que tenemos poder para atar aquí en la tierra y lo que atamos aquí se ate en el cielo.
Es decir, lo que atamos en lo físico, en el espíritu también se está atando. Para los que tienen entendimiento, tenemos una serie de enseñanzas. Guerra espiritual, entrenando tu mano para la batalla, son 25 enseñanzas.
Escúchenla que le va a hacer de entendimiento. Porque estamos peleando y explicamos cómo pelear la batalla con efectividad, cómo pelear para vencer, para ganar. Efesios 6: 11 al 13.
Vestíos de toda la armadura de Dios para que podáis estar firmes contra las acechanzas del diablo, porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huéspedes espirituales de maldad en las regiones celeste. Por lo tanto, toma toda la armadura de Dios para que podáis resistir en el día malo y habiendo acabado todo, está firme. Aquí la palabra nos está diciendo contra quién peleamos.
Pero primero nuestro adversario el diablo, por aquí nos está diciendo que prácticamente no solamente peleamos contra Satanás. Aquí ya nos está diciendo que hay un ejército, que hay gobernantes, principados, potestades y huéspedes espirituales de maldad. Nos está diciendo diferente jerarquía de demonios con la que también peleamos.
Pero nos está diciendo que tenemos que ponernos toda la armadura de Dios para poder estar firmes en el día malo. Es decir que, si no estamos vestidos, aquí nos está diciendo que, si no estamos apropiadamente vestidos para la batalla, si no estamos preparados para esos días malos, que es cuando el diablo viene a atacar, prácticamente no nos mantendremos firmes. Dice para que podáis estar firmes en ese día malo, tiene que estar vestido con toda la armadura.
Y habiendo acabado todo, es decir, cuando acabe ese proceso que el diablo viene a atacarte con lo que tiene, con sus principados, sus gobernantes, sus potestades, sus huéspedes espirituales de maldad vienen a pelear contra uno, porque contra ellos peleamos. Dice, no tenemos lucha contra sangre y carne. Es decir, no es con las personas que peleamos.
Cuando tu mujer se pone como, ya saben cómo se ponen algunas que quieren pelear y pelear, cuando se levantan problemas ahí afuera que de la nada te aborrecen o cosas pasan extrañas de repente, no son ellos nuestros enemigos. Dice la palabra que no peleamos contra sangre y carne. Es decir, no es tu tío, no es tu tía, no es tu mamá, no es tu papá, no es tu hijo, no es tu hija, no es tu cónyuge.
Son los principados, los gobernantes, las potestades, los huéspedes espirituales de maldad que le están manipulando a esa persona y es una manera en la que te están haciendo guerra a ti por el diablo usándolo a ellos. Y dice la palabra que cuando vienen esos momentos tenemos que estar vestidos con toda la armadura de Dios. Entonces así si no podremos mantener firme en esos días que el diablo viene contra nosotros.
Romano 13: 2 al 14. La noche está muy avanzada y el día está cerca, por tanto, desechemos las obras de la tinieblas y vistamos con las armas de la luz, las armas de la luz. Andemos decentemente como de día, no energías ni borracheras, no en promiscuidad sexual y lujurias, no en pleitos y envidias.
Antes bien, vestidos del Señor Jesucristo y no penséis en proveer para las lujurias de la carne. Vistamos con las armas de la luz, es decir, hay armas de la luz y hay armas de las tinieblas. Las armas de las tinieblas que son el pecado, todo lo que es pecado es una herramienta del diablo para destruir.
2da de Corintios 10: 13,6. Pues, aunque andamos en la carne no militamos según la carne, porque las armas de nuestra milicia no son carnales sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas, derribando argumento y toda altivez que se levanta contra el conocimiento de Dios y llevando cautivo todo pensamiento a la obediencia a Cristo y estando prontos para castigar toda desobediencia cuando vuestra obediencia sea perfecta. Aunque andamos en la carne no militamos conforme a la carne, es decir, que no tenemos que pelear la pelea como pelean en el mundo, con la mano, con violencia, no. Nuestras armas son espirituales, pero son poderosas para destruir las fortalezas del enemigo.
Entonces una y otra escritura, una y otra muestra con claridad que estamos en guerra. Alguno tiene alguna duda que así tenemos un adversario. Alguno le crea al hombre que dice que no hay que pelear la guerra espiritual o le crea a Dios a través de lo que él nos revela en su palabra.
¿En quiénes creen ustedes? ¿Creen en el hombre que crea doctrina para sí mismo o creen en Dios en lo que él nos muestra y nos revela en su palabra? ¿En quién de los dos creen? Miramos en Marcos 16:15 al 20 también, donde dice que estas señales seguirán a los que creen. En su nombre sanaremos, echaremos fuera demonios, hablaremos en lenguas. Entonces si somos discípulos de Jesucristo, estamos llamados, mandados, ordenados por Dios.
Es una ordenanza, es un mandato. Eso no es de que, oh no, yo creo en ti Señor, pero yo te voy a servir. Yo tengo una iglesia, voy a ser un pastor o soy un profeta, soy un evangelista, un maestro.
Yo te voy a servir, pero yo solamente quiero dar palabras señor. Yo no quiero meterme con el diablo. Pues el que no se quiera meter con el diablo, que no sirva a Dios.
Porque si vamos a servir a Cristo, tenemos que hacerlo como él manda. El señor no manda a que peleemos la batalla de la fe. Es una batalla de la fe.
Porque todo el que quiere tener fe en Dios, apartarse del pecado, ya se encuentra en una guerra. No es opcional. No es opcional.
Es parte, es parte del proceso, es parte, es necesario. Es un conflicto en el que hay dos reinos. Uno liderado por Satanás y el otro liderado por nuestro Señor Jesucristo.
Y todo el que quiere, este mundo está bajo Satanás por el pecado original. Todo el que quiere pasar al reino de la luz, al reino del Señor Jesucristo, se tiene que pelear con el diablo. Porque el diablo es un esclavizador y él no es, no es justo, él es injusto.
Él es un tirano. Los tiranos, aunque tú digas yo no, yo no quiero más el pecado, yo sí quiero, pero el diablo dice no, yo quiero que tú te mantengas en el pecado. Ahora para tú deshacerte de ese pecado, tienes que resistir al diablo y tienes que aprender, debes aprender a usar nuestras armas espirituales para mantenerlo a él alejado.
1 Corintios 9: 24 al 25. No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno sólo se lleva el premio. Corred de tal manera que lo obtengáis.
Todo aquel que lucha, de todo se abstiene, ellos a la verdad para recibir una corona corruptible, pero nosotros una incorruptible. Aquí el Señor nos está revelando que obviamente es como una competencia y no todo el que está en una competencia se lleva una corona, pero aquellos que la corren como para ganar. Aquellos que perseveramos en esa batalla y la peleamos como para ganar.
Somos aquellos de nosotros que tememos a Dios, pero somos diligentes, que, así como Pablo dijo que cuidaba su salvación con temor y temblor. Así nosotros corremos como para ganar, corremos, peleamos esta batalla como para vencer, siendo diligentes, siendo manso como paloma, pero astuto como serpiente, no desentendidos, no ignorantes de las artimañas de nuestros adversarios, porque si no nos percatamos de cómo nuestro adversario engaña y cómo él pelea contra nosotros, de qué manera venceremos. Lucas 22:31 al 32, Simón, Simón mira que Satanás os ha reclamado para zarandearos como a trigo, pero yo he rogado por ti para que tu fe no falle y tú una vez que hayas regresado fortalece a tus hermanos.
A Pedro, considerado un pilar entre los primeros doce, Satanás lo pidió para zarandear, es decir, para causarles trabas. Dice el Señor y después que regrese, es decir, mientras estuviera siendo zarandeado, aunque el Señor intercedió por él y lloró para que su fe no flaquee, porque si su fe flaquea en ese zarandeo, la cosa puede resultar mal, pero el Señor intercedió para que la fe de Pedro no flaqueara, en ese momento en el que el diablo venía en contra de él, pero aun así dice el Señor cuando regrese, es decir, que mientras el diablo estuviera zarandeándolo, Pedro como que se iba a desenfocar, se iba a apartar temporalmente, porque esa es la batalla, cuando el diablo viene fuerte en contra nuestro, es como que uno pues si sacude aún un poco, el diablo tiene poder, él tiene poder para hacer maldad, esa es la realidad, tenemos un adversario, un adversario que está derrotado, pero tiene poder, si no miren lo que le pasó a Job, cuando el Señor le permitió que que viniera en contra de Job, pues mató a sus hijos, Job era muy billonario, quedó en la ruina, estaba saludable, quedó enfermo, perdió todo, no tiempo, ese poder que tiene el diablo para dañar, para destruir, él es un destructor, él es un destructor, a él le gusta destruir, si no estamos firmes en la fe, pues podemos terminar mal, Hebreo 12:4, porque todavía en vuestra lucha contra el pecado, no habéis resistido hasta el punto de derramar sangre, en vuestra lucha contra el pecado, también peleamos contra el pecado, porque Satanás es astuto, él es un engañador, ve como la primera, la primera pareja, a la dama le dijo a la mujer, a Eva, oh no, si tú comes de eso vas a ser como nosotros, el Señor le dijo no, si comes de eso van a morir, pero él nada más le cambió un poquito, ni pareciera que estaba pecando una mujer, de qué manera iba, a menos que por la fe y la obediencia, porque el Señor dijo no comas, si comes pasará esto, por eso sabemos que era pecado, pero quién va a pensar que por comerse una fruta, y más en un lugar donde no había pecado, y una fruta bonita, y en un lugar que no estaba contaminado, quién iba a pensar que por comerse esa fruta no iba a morir, el diablo nada más se la tuerce un poquito, y ahí viene la mujer y comió, entonces peleamos contra el pecado, el pecado es todo aquello que es contrario a la palabra de Dios, aunque se mire inofensivo como esa fruta en el Edén, aunque esa fruta se mire que está en un lugar donde no hay pecado, y esa fruta se mire que no tiene veneno, si el Señor dice no lo haga, mejor que no lo hagamos, porque si lo hacemos es pecado, y el pecado es poder del diablo para hacer daño, por la primera pareja comerse esa fruta, hoy todos estamos contaminados, hoy todos morimos, si no fuera por la gracia del Señor que nos da vida de regreso, entonces todo lo que es desobediencia a la palabra de Dios, todo lo que es contradictorio a la palabra de Dios es pecado, lo que dicen que no hay que echar fuera demonios y sanar a los enfermos, están pecando todos, porque están contradiciendo la palabra de Dios, el Señor dijo estas señales seguirán a los que creen mi nombre, dicen otros no hay que pelear la batalla espiritual, pero la palabra manda una y otra vez a que peleemos la batalla espiritual, por lo tanto todo el que dice lo contrario a la palabra de Dios está pecando, aún dice la palabra el que predica otro evangelio sea anatema, es decir todavía es maldito, el que dice que, el que dice lo contrario a lo que está escrito en la palabra de Dios, no solamente está pecando es maldito, porque está predicando un evangelio diferente. Hebreos 3.13, antes exhortaos los unos a los otros cada día, mientras todavía se dice hoy, no sea que algunos de vosotros se han endurecido por el engaño del pecado, su el pecado endurece, exhortaos los unos a los otros, el pecado endurece el corazón, el pecado engaña, el pecado, cuál es la paga del pecado, muerte.
1era de Pedro 5:9 al 10, pero resistirle firme en la fe, sabiendo que la misma experiencia de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo, y después de que hayáis sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia que os llamó a su gloria eterna en Cristo, el mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá, pero resistirle firmes en la fe, sabiendo que las mismas experiencias de sufrimiento se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo. Ciertamente tenemos victoria a través de nuestro Señor Jesucristo, y cada caso es diferente, porque la verdad nos hace libre, pero a la vez, especialmente para los que tenemos un ministerio, este mundo está bajo el maligno, y el diablo controla la mente de muchas personas, conforme la gracia de Dios, a un grupo, yo diría, aunque a un grupo, a muchos de los discípulos con ministerio, no necesariamente quizás tienen todo que pasar muchas dificultades, pero a la vez, claramente conforme a las escrituras, conforme las escrituras nos muestran, y conforme pasaron aquellos santos hombres que recibieron al Señor primero que nosotros, muchos tuvieron padecimiento, muchos padecieron, ¿por qué? porque el diablo manipula la mente de muchos, aún del gobierno, de personas influenciantes, de personas religiosas, aún de la misma familia, para que los que somos sus discípulos no quieran hacer daño, entonces, toda esa situación de contrariedad, de contradicción, de oposición, nos maldicen, nos critican, nos calumnian, son todas esas cosas que el diablo hace que acontezcan contra los discípulos, pues causan cierto sufrimiento en la carne, entonces, yo sé que todos le gustan cuando dicen, no, porque en el evangelio todo va a ser bonito, todo va a ser color de rosa, y si ya, todo va a estar muy bien, espiritualmente todo muy bien, físicamente, por un ratito, muchos de nosotros tenemos que lidiar con situaciones adversas, es parte de la batalla espiritual, como parte de la guerra espiritual, el diablo usa sus influencias de control mental y del gobierno, y muchas cosas para oponernos a nosotros, así que, es la realidad, pues si somos discípulos del Señor, pues basta el discípulo de ser como el maestro, padeció el Señor Jesucristo, aún siendo santo, y justo, y perfecto, padeció el persecución, padeció rechazo, padeció contradicción de los que oponían el evangelio, padeció persecución, aún deseo de matarle varias veces, de los que oponían el evangelio, pues sí, pues aquellos de nosotros que prediquemos el verdadero evangelio, aquellos de nosotros que tengamos un llamado especialmente de apóstol y profeta y evangelistas, verdadero que venga de Cristo, pues también encontraremos mucha oposición, al punto que dice la palabra, y quiénes son estos, son los mártires del cordero, los que perdieron su vida durante la tribulación, mártires, quién es un mártir, alguien que muere por el testimonio de la verdad, entonces no solamente algunos padeceremos, conforme la gracia de Dios, algunos de nosotros de los discípulos del Señor, todavía tendremos el honor de morir por el testimonio de la verdad, digo el honor porque es un honor morir por Cristo, si él siendo santo murió por nosotros, él no necesitando nada de nosotros, pues que es que nosotros siendo pecadores, y él no da vida eterna, que es que moramos por el justo y santo, un honor, como dijo Pedro, Pablo, perdón, el vivir para mí escrito, pero el morir para mí es ganancia, porque si vamos con el Señor, si morimos y vamos con él, a tener ese honor de estar, de ser contado entre esos muchos que tendrán vestiduras blancas y que recibiremos al Señor. Mateo 26: 41, velad y orad, porque no entréis en tentación, el espíritu está dispuesto, pero la carne es débil, velad y orad, o sea cuando se vienen cosas adversas, la palabra nos manda a velad, porque la carne es débil, cuando somos zarandeados, cuando viene esa contradicción creada por el enemigo, tenemos que orar, orar, orar, la oración es una de esas herramientas poderosas que el Señor nos ha proveído para que podamos vencer en momentos de contradicción.
2da de Tesalonicenses 3:3, pero el Señor es fiel y él los fortalecerá y los protegerá del maligno, o sea el Señor es misericordioso y en realidad esta batalla es tan fuerte que nuestra fuerza tampoco podemos vencer, pero el Señor es fiel y es misericordioso y nosotros hacemos lo que él nos manda, pero él siempre nos da un poquito de protección, nos da ayuda, en esos momentos cruciales cuando nuestra fuerza como que no aguantan, el Señor es misericordioso, clamamos a su nombre y él ahí es pronto para nuestra ayuda, en el momento preciso cuando la necesitamos, él es nuestra ayuda, el Señor está con nosotros, esta pelea no la peleamos solos, el gran Rey tiene cuidado de sus hijos. Juan 16, 33, estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz, en el mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo, en el mundo tendremos tribulación, eso no dice en el mundo todo va a ser color de rosa, no, tendremos tribulación, especialmente lo que tenemos un ministerio, los que no tienen un ministerio de todas maneras tienen oposición, pero la oposición es menos, mientras mayor es el ministerio, como los pastores y los maestros tienen menos oposición que los evangelistas, pero los evangelistas tienen menos que los profetas y los profetas menos que los apóstoles, pero los apóstoles y los profetas y en tercer lugar los evangelistas, son los que tenemos más persecución, más retaliación y más el diablo trata de hacernos la vida difícil e imposible, pero en todas estas cosas somos más que vencedores, porque el señor está con nosotros y él no prepara espiritualmente para soportar aquellos retos que el enemigo pone. Zacarías 4, 6 continuó él y me dijo, esta es la palabra del señor a Zorobabel, no por el poder ni por la fuerza, sino por mi espíritu, dice el señor de los ejércitos, así peleamos esta batalla espiritual, no es por nuestra fuerza física, sino por el espíritu de dios, cuando entendemos la verdad, cuando somos sus discípulos, el señor nos llena de poder, porque recibiremos poder cuando el espíritu santo venga sobre vosotros y estas señales irán a los que creen, no podemos hacer las señales, no podemos ser testigos en todas las naciones y estamos en la carne, eso no es por el poder de nuestra fuerza, es por el poder del espíritu de dios, que cuando recibimos la verdad, el señor nos fortalece, el señor nos llena de su espíritu santo y por la guía y el poder de su espíritu, vencemos en esta batalla espiritual y para concluir esta enseñanza.
2da de Timoteo 4 7, Pablo dice he peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe, ese es mi deseo para cada uno de ustedes que escuchan esta enseñanza, que peleen la batalla espiritual y que así como Pablo puedan decir con gozo al final de la carrera, he peleado la buena batalla, he acabado mi carrera y he guardado la fe porque el diablo pelea contra nuestra fe, el objetivo del diablo es de esa batalla que no hace cuando recibimos al señor, es que rechacemos la fe y tropecemos, que no culminemos la carrera, porque sólo aquellos que terminan recibirán esa corona preciosa de la vida eterna, yo le bendigo a cada uno que me escucha, que el señor haga crecer esta semilla plantada a través de esta enseñanza en sus corazones, para que puedan dar muchos frutos, que el señor les fortalezca para que peleen esta batalla, no solamente por unos días sino hasta el final, hasta la brinda de nuestro señor Jesucristo que ya está muy cerca, que el Señor les bendiga, hasta una próxima oportunidad.
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Pastor Francisco Gomez
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